El suspense se ha instalado en el Teatro Muñoz Seca, con uno de los clásicos más célebres de Agatha Christie. 15 años después de su estreno, ha vuelto a subir a escena más potente que nunca: Diez Negritos.
En esta ocasión, se han unido en este proyecto el director Ricard Reguant y los productores , para atender una demanda del gran público teatral en torno a un género que nunca defrauda y que mantiene en vilo la atención e intriga del espectador en el nuevo y reformado Teatro Muñoz Seca.
Diez Negritos (Ten Little Niggers) fue escrita en 1939. La autora se encargó de adaptarla al teatro en 1943. Desde ese momento batió todos los récords de espectadores y lectores, con unos 100 millones de copias vendidas, hasta la actualidad, es la novela de misterio más vendida de la historia y está considerada como uno de los 10 libros más vendidos de todos los tiempos. El título hace referencia a una canción infantil recurrente en la obra.
Sinopsis: Diez personas reciben una invitación para pasar unas vaciones en la Isla del Negro.
La invitación es sumamente atractiva, pues se trata de una pequeña isla en la que sólo existe una hermosa y gran mansión que fue edificada por un millonario norteamericano, que luego la vendió, desconociéndose su actual dueño.
A cada uno de los invitados les llega la invitación por carta, firmada por una persona que dice haberlos conocido en el pasado por una situación que para todos es familiar, aunque no recuerdan bien a la persona en cuestión. Sin embargo, todos aceptan gustosos la invitación, pues el anfitrión describe detalladamente el lugar y las circunstancias en que los conoció.
Todos llegan el día señalado y descubren que sus anfitriones no se encuentran en la casa, sin embargo serán atendidos por los sirvientes que hacen las funciones de mayordomo y cocinera. Cada uno de los invitados encuentra en su habitación una copia de la canción infantil de los Diez negritos enmarcada y colgada en la pared.
Esa noche, durante la cena, los invitados observan diez pequeñas figuras, diez negritos, sobre la mesa del comedor. En los postres, una grabación les acusa uno a uno de haber sido culpables directa o indirectamente de la muerte de diversas personas en el pasado. Los invitados niegan las acusaciones y alegan que las muertes fueron accidentales y que, aunque quisieron ayudar a las víctimas, no pudieron. Entonces se dan cuenta del engaño, al tiempo que descubren que no pueden marcharse, pues el barco que trae las provisiones y constituye la única comunicación con la costa no puede llegar debido a la tormenta. A partir de ese instante, los invitados empiezan a ser asesinados uno a uno, de forma similar a lo que dice cada estrofa de la canción, y cada vez que alguien muere, una de las figuras de los negritos desaparece.
En estos 15 años, hay al menos 4 generaciones nuevas de espectadores que aún no conocen el final, para descubrirlo el Teatro Muñoz Seca abre sus puertas.
Como hemos indicado al principio, la obra está dirigida por Ricard Reguant e interpretada por Mónica Soria, Pablo Viña, Quim Capdevila, Lydia Miranda, David Zarzo, Diego Molero, Jorge Lucas, Paco Churruca, Lara Dibildos y Antonio Albella, a los que se une, de forma virtual, el veterano Manuel Galiana.
