El diario de Adán y Eva. En el Teatro Bellas Artes, desde el 28 de enero.

el diario de adan y eva en el teatro bellas artes desde el 28 de enero

“El Diario de Adán y Eva” con Ana Milán y Fernando Guillén Cuervo llega a Madrid el 28 de enero; al Teatro Bellas Artes.

 

El Diario de  Adán y  Eva de Mark Twain, dirigida por Miguel Ángel Solá y protagonizada por Ana Milán y Fernando Guillén Cuervo, podrá verse en Madrid desde el 28 de enero en el Teatro Bellas Artes.

Producida por Pentación espectáculos y Un cuervo en Milán, versión de Blanca Oteyza, Miguel Ángel Solá y Manuel González, cuenta con Nicolás Vaudelet a cargo del diseño de vestuario.

Comentarios de Miguel Ángel Solá:

Me piden una síntesis de “Hoy: El diario de Adán y Eva, de Mark Twain”, que es de él, tanto como de González Gil, Oteyza y quien aquí escribe estas líneas. Yo no sé de síntesis. Quizás “El nombre de las cosas” sería el mejor título –y explicación real del espectáculo que pronto hemos de gozar todos–, de esta renovada versión de la más bella obra jamás creada.

Quienes lo hemos hecho ya; quienes lo hagan hoy; quienes jueguen con él en un futuro, y los espectadores –salvo los muy fundamentalistas–, nos inclinaremos a pensar: ¡Cuánto mejor hubiera sido una historia como la que contamos que la maldición bíblica que nos persigue y perseguirá hasta purgar el pecado original de querer soñarnos creación y creadores!

 

Palabras y actuaciones van dedicados a aquellos que sienten que aún es posible ver la otra cara de lo que nos acontece.

 

“Hoy: El Diario de Adán y Eva, de Mark Twain” es también el recuerdo sonoro de las intenciones con las que el ser humano vive su vida.

 

Transcurre en dos estudios de radio a los que separa una cincuentena de años, una diferente calidad de agobios y esperanzas; y un único dilema, que, a veces, nos atrevemos a abordar como una única certeza: el amor.

 

Amor: palabra inventada por Eva para definir lo indefinible.

Amor: palabra repetida por Adán para no volver al barro que lo parió.

 

En cuanto a Felipe y Catalina: nunca se sabrá. Fue un pacto, y es nuestro deber cumplirlo.