De La Cuarta Pared al Fernán-Gómez: LA FAMILIA NO de Gon Ramos.

Cuatro hermanos se han quedado solos en el coche en el que viajaban con sus padres. Estos últimos han bajado a comprar provisiones a la gasolinera. El destino es la playa, van de vacaciones. Nosotros asistimos a este tiempo suspendido de soledad de los cuatro  hermanos. Sus edades se transforman, el coche muta, las relaciones se ponen en entredicho y la frontera entre la ficción y la realidad  va a llevar a un reconocimiento personal de todos. Vamos a vivenciar un planteamiento sobre la infancia, sobre la concepción temporal, sobre los roles familiares, sobre la deconstrucción de la personalidad y sobre el camino que es estar vivo.

NUESTRA FAMILIA:
Fabia: 9 años y medio, casi 10Jacinto: 8 añosEva: 6 años y 1 hora y Emilio: 6 años

Ficha artística

Autor de la obra: Gon Ramos
Reparto: Fabia Castro, Eva Llorach, Jacinto Bobo y Emilio Gómez
Dirección: Gon Ramos

Diseño escenográfico e Iluminación: Javier Ruiz de Alegría
Vestuario: Kendosan Producciones
Diseño gráfico y fotografía: David Ruiz
Diseño de producción: Jesús Sala
Producción: Jesús Sala e Inma Cuevas.

Decía Jaques Derrida: “Lo que me interesa sobre los ojos es que ellos son la parte del cuerpo que no tiene edad. En otras palabras, si se miran los signos de la edad del cuerpo como el deterioro de la masa muscular, el blanqueamiento del pelo, cambios en la altura y el peso, se puede encontrar una infancia mirando los ojos. Y lo sorprendente sobre esto es que un hombre de mi edad tiene los mismos ojos que en su infancia.Hegel dice que los ojos son la manifestación del alma. Yo digo que el acto de mirar no tiene edad. Los ojos son los mismos toda la vida. Y diré algo parecido, cuando no idéntico, con respecto a las manos. El privilegio que le es dado a esta parte del cuerpo, manteniendo la idea de que el llegar a ser “hombre”, la hominización del animal, pasa por la transformación de la mano. La mano cambia desde la niñez hasta la vejez. Los ojos y las manos son signos de reconocimiento, los signos por los que se reconoce al otro. Son las partes de nosotros mismos que vemos más fácilmente. Delante de un espejo podemos vernos en general, pero es muy difícil saber para nosotros mismos cómo miramos o cómo movemos las manos cuando nos expresamos. Es el otro quien sabe que los gestos de nuestras manos y nuestra mirada son así. El otro los conoce mejor que nosotros mismos.”

La familia No propone investigar las relaciones familiares desde un desajuste en el tiempo vivido de los cuerpos frente a nosotros, para cuestionar las etapas de infancia y madurez de una manera radical. Los roles se invierten y los actores de más edad pasan a ser los hermanos pequeños de los actores más jóvenes. Así esta “ilusión” que se nos presenta estará pulsando en nuestro subconsciente, ya que continuamente la realidad se verá subvertida. Todos ellos son niños, y justamente no hay diferencia mayor de edad que la que se da por debajo de los diez años, ya que tener un año más o menos supone ver al otro como un gigante o como un recién nacido del que cuidar o mostrar poder. Una reflexión generacional que trata de desmadejar toda aquella información preconcebida acerca del “crecer” y mira directamente hacia “Quiénes somos, con cualquier edad” y hacia “Soy quien soy por la mirada del otro”.

SALA JARDIEL PONCELA. A PARTIR DEL 14 DE JUNIO.