“La piedra oscura” regresa a Madrid

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“La piedra oscura” regresa a Madrid, desde el 7 de septiembre al 6 de noviembre de 2016 en el Teatro Galileo.

LA PIEDRA OSCURA de Alberto Conejero se estrenó en el Teatro María Guerrero en enero de 2015 agotando las entradas en pocos días. En septiembre regresaba al mismo escenario y desde entonces la obra no ha dejado de girar. A partir del 7 de septiembre de 2016 podrá verse en el Teatro Galileo.

Pablo Messiez, a traves de una puesta en escena realista y poetica, dirige a Daniel GraoNacho Sánchez en un viaje tremendamente emotivo que regresa a los escenarios madrileños para sacudirnos de nuevo.

En ‘La piedra oscura’, Rafael Rodríguez Rapún es hecho prisionero y encarcelado por los sublevados. Le vigila Sebastián, un personaje inventado que le da a Conejero la oportunidad de poner en valor la mirada inocente del conflicto. Ambos se enzarzan en una conversación a tumba abierta que termina con ese dubitativo “nadie puede desaparecer del todo, ¿verdad?”

Inspirada en la vida de Rafael Rodríguez Rapún (estudiante de Ingeniería de Minas, secretario de la Barraca y compañero de Federico García Lorca en los últimos años de sus vidas), La piedra oscura es una vibrante pieza sobre la memoria como espacio de justicia y también sobre la necesidad de redención. Un texto en el que se aúnan tensión dramática y pulso poético para levantar interrogantes sobre la naturalización de nuestro pasado más reciente y el destino de los olvidados en las cunetas de la Historia.

La piedra oscura está inspirada libremente en la figura de Rafael Rodríguez Rapún, estudiante de minas, secretario del teatro universitario La Barraca y compañero de Federico García Lorca en los últimos años de sus vidas. Rapún murió un 18 de agosto de 1937 –justo un año después de Federico– en un Hospital Militar de Santander. Por lo tanto el encuentro del que se produce en la obra es ficción. Sin embargo el resto, todos los datos que proporciona el personaje de Rafael son absolutamente reales. Alberto Conejero fabula con lo que podría haber sucedido, con esa última noche custodiado por un joven del ejército sublevado. Un encuentro donde en palabras del autor “El lenguaje verdadero se va restituyendo frente a un lenguaje perverso, manipulado. Sebastián y Rafael se encuentran cuando las palabras sirven para lo que fueron creadas. Porque finalmente la obra habla de la posibilidad del encuentro y la redención.”

SINOPSIS

En la primera escena Sebastián, un joven que aún no ha cumplido 18 años, rememora el momento en el que en su pueblo salen a recibir a la aviación italiana. Sin embargo,  los italianos empiezan a bombardear –quizá por error– y el joven ve morir a su madre bajo el “fuego amigo” y huye sin dirección clara. Después de este monólogo inicial,  ya en la segunda escena, encontramos a Rafael y Sebastián en la habitación de lo que parece ser un hospital militar o un presidio, en algún lugar del norte de España, cerca de Santander. Rafael Rodríguez Rapún, teniente de artillería republicano, ha sido  trasladado allí después de haber sido herido y está siendo custodiado por Sebastián, ahora convertido en soldado y firme defensor de las consignas de los sublevados.

Sebastián tiene prohibido hablar con el prisionero y en un primer momento rechaza  la conversación que Rafael intenta mantener. Ante la amenaza que supone este intento de acercamiento, Sebastián avisa a los superiores y Rafael es torturado. En las escenas centrales, y ante la inminencia del fusilamiento al amanecer tras un simulacro de tribunal, los dos hombres van encontrándose en la desesperación de esa cuenta atrás. Poco a poco aparecen las grietas en los dos discursos pervertidos por la guerra y el lenguaje va generando una suerte de intimidad entre los dos personajes.

Rafael entonces realiza una confesión a Sebastián y le pide un último favor: que rescate unos papeles y grabaciones que son las últimas obras de Federico García Lorca. Para Rafael es muy importante que no se pierda lo que considera un legado para la posteridad y una deuda personal con Federico. En las últimas escenas, aun en la noche más terrible, el encuentro con Sebastián (y la promesa del muchacho de intentar rescatar los documentos) redime a Rafael y es éste quien parece calmar al muchacho ante las horas más oscuras…