El pasado sábado nos dejaba el actor gallego Celso Parada.

 

El mundo del teatro y de la cultura de toda Galicia brindó ayer su último adiós al gran referente del arte dramático de O Morrazo, Celso Parada, tristemente fallecido el sábado de un cáncer contra el que luchaba desde hacía más de un año. El tanatorio moañés se quedó pequeño ante la avalancha de visitas que recibió de todos aquellos que quisieron acompañar a la familia y amigos de Parada. Además, el propio actor, director y productor teatral había dejado escrita su propia esquela con un emotivo poema que se publicó ayer en FARO. “Voume lixeiro con todo o saber do contador, meu pai Ventura e toda a alegría da miña nai Bernarda./ Xa non mirarei aos ollos do espectador, nin a sentir a grande vertixe do actor nas táboas./ Voume co inmenso pracer do traballo, o teatro como un océano…”, fueron las palabras que dejó escritas para despedirse del público que tantos aplausos le brindó a lo largo de toda su vida En la propia esquela se invitaba a asistir al tanatorio a todos aquellos que quisieran “atoparvos e compartir un sorriso”.

Sus últimas horas en el tanatorio eludieron los tópicos y la espontaneidad y el cariño brotó entre todos los asistentes. Acudieron grandes referentes de la cultura gallega como Antón Reixa, Quico Cadaval, los integrantes de Teatro do Morcego, Cándido Pazó, Manuel Manquiña, Carlos Blanco, Diana Nogueira, Xulio Lago, María Barcala, Luma Gómez o Eduardo Alonso, entre otros muchos. También acudieron representantes de la política como la alcaldesa, Leticia Santos, y exalumnos de Celso Parada. Una de ellas relató lo importante que fue en su vida haber recibido clases de Parada “porque confiou en min e me ensinou o valor da liberdade”.

El exdirector de la banda Airiños do Morrazo, Manuel Iglesias, contó bonitas anécdotas de cuando daba clase de religión a Celso Parada. Levantó una tierna sonrisa en los presentes al rememorar cómo de niño Parada llegó a asumir las riendas de dicha clase para disertar sobre la figura de Jesús.

Varios actores cantaron piezas musicales de las obras más importantes que representó Parada. Maxo Barxas cantó “Lela”, por Os vellos non deben namorarse. Sus compañeros también entonaron el “Grándola, Vila Morena”, de José Afonso. Antes de que su cuerpo fuese trasladado para su incineración, el acordeonista Miguel Lustres hizo sonar su instrumento a ritmo de tango.