El galardón reconoce la labor pionera de la veterana sala Cuarta Pared.
El Premio Nacional de Teatro pone en valor este año la escena alternativa. El jurado del galardón, dotado con 30.000 euros, ha decidido este jueves otorgárselo a una de las salas pioneras de este movimiento en España, la Cuarta Pared de Madrid, fundada hace 35 años. Durante este tiempo este espacio no solo ha dado cobijo a los creadores más inquietos e inclasificables de la ciudad, muchos de los cuales son hoy figuras de proyección internacional, como Juan Mayorga , Angélica Lidell o Rodrigo García, sino que también ha funcionado como escuela y como agente de divulgación cultural en su entorno más próximo, el barrio de Arganzuela, creando decenas de aficionados entre niños, jóvenes y adultos. Todo ello lo subraya el jurado del premio en su argumentación, en la que destaca “su excepcional labor en todos los ámbitos que tienen relación con la creación teatral (la formación, la investigación, la pedagogía, la producción y la exhibición), su compromiso con los problemas de la sociedad contemporánea sin perder de vista la realidad de su barrio y su capacidad de generar nuevos públicos”. Fundada en 1985, la Cuarta Pared nació en pleno auge del movimiento de teatro alternativo en Madrid, que poco a poco se fue ampliando con otros escenarios como Triángulo, Pradillo, Cambaleo o Ensayo 100. Surgieron de la necesidad de los artistas de disponer de espacios propios para investigar y hacer un teatro distinto, renovador, en reacción a la uniformidad que impuso la dictadura. En ellos se forjó la generación que hoy domina la escena española. Felices pero con un sabor agridulce en la boca por la difícil situación que atraviesa el sector teatral debido a la pandemia, los responsables de la sala subrayan su orgullo por la fortaleza de la sala, que ha superado varias crisis desde que nació. “Somos resistentes porque el proyecto es muy sólido. Si no, no habríamos aguantado tanto tiempo”, reflexiona su director, Javier García Yagüe. “No obstante, este es quizá el peor momento, más que en 2008. Parecía que después de verano íbamos a remontar, pero septiembre está siendo peor por la incertidumbre: no podemos planificar más allá de dos semanas y nadie sabe cuánto va a durar esto”, añade.