En cierta ocasión llevaron a Valle Inclán ante el juez por un alboroto que había armado.
El juez le pidió el nombre y él contestó, acto seguido el juez le preguntó por su oficio y Valle Inclán contestó: escritor.
Pregunta el juez de nuevo: ¿sabe leer y escribir?
A lo que el dramaturgo contesta: V.I. no
A lo que el juez dice: me extraña la respuesta.
Valle Inclán contestó: más me extraña a mí la pregunta.