Carlos Álvarez-Novoa estuvo siempre ahí, del lado del teatro, al principio de forma silenciosa, y después de “Solas” película por la que obtuvo el Goya al mejor actor revelación (con 59 años), con más notoriedad.
Actor, dramaturgo, director, profesor y uno de los fundadores del Centro Andaluz de Teatro, siempre tuvo claro que su deber era seguir dándolo todo por la interpretación.
Carlos Álvarez-Novoa, (La Felguera, 1940), un imprescindible en la escena española, ha fallecido esta madrugada en Sevilla, a los 75 años.
En 1999 recibió el Premio Tirso de Molina de Teatro por su “Venus del espejo” y en 2009 el Premio Unión de actores, al mejor actor por Bodas de Sangre.
Uno de sus últimos trabajos ha sido en la película La Novia, basada en Bodas de sangre, que se estrena hoy en El Festival de San Sebastián o Carlos, Rey Emperador, en la que interpreta a Leonardo da Vinci, un buen personaje para acabar la carrera de alguien tan sabio como imprescindible. Descanse en paz este Gran Actor y Gran Persona.