ARTE DE LAS PUTAS. TEATRO FERNANDO FERNÁN-GÓMEZ.
Basado en el poema de Nicolás F. de Moratín “Arte de las putas”.
Dramaturgia e intérprete: José Luis Esteban. Teatro del Temple.
José Luis Esteban es un magnífico actor, ya nos lo ha demostrado en más de una ocasión. Domina el verso, sabe matizarlo, sabe hacerlo más rico, más cercano, sabe jugar con él y hacer jugar con él al público.
Teatro del Temple es una compañía teatral que cuida sus producciones, que arriesga y no se atiene a un teatro de costumbres. Esta propuesta puede ser transgresora. Lo es y además de todo ello, es original.
Esta función enseña. Sí, no se engañen por el título; aunque en absoluto se desvíe del objeto de lo que sobre el escenario, el protagonista “hijo de puta”, nos cuenta.
José Luis Esteban ha realizado una dramaturgia sobresaliente a partir del libro de Nicolás F. Moratín, “Arte de las putas”. Un arte que configuraba la cotidiana realidad del Madrid del siglo XVII. Una realidad marcada por la hipocresía, la falsa compasión, las epidemias, el nacimiento de un preservativo que ideó un franciscano de vida disoluta y las necesidades biológicas de un clero inmaculadamente promiscuo que avanzaba de la mano de una aristocracia, nobleza o corona demasiado aficionadas “al puterío”.
Todo ello, el padre del creador de “El sí de las niñas”, nos lo cuenta en endecasílabos y José Luis Esteban los actualiza, añadiendo algún que otro personaje relevante.
Me reitero, este “arte” nos enseña porque Moratín (Nicolás) no hizo más que reflejar una cotidianidad que mantuvo clandestina durante más de un siglo; nos enseña porque alimenta nuestra curiosidad; porque este actor nos ofrece una interpretación sobresaliente, dando vida a diversos personajes, dotándoles de una hilaridad a veces irónica, a veces tierna, incluso mordaz. Y porque a todo ello, se une la facilidad con la que entramos en el juego lírico, en el verso, en la rima, en la retórica, en unos endecasílabos ingeniosos, satíricos y de una realidad también penosa…
Teatro del Temple, nos presenta una propuesta sencilla, más que interesante, ingeniosa y original. Una propuesta capitaneada por un estupendo actor que pone “en pie” de una manera ágil y dinámica los eróticos versos de un Moratín relativamente desconocido.